Primero, es imprescindible el diseño de zonas de sombra. Crear áreas de sombra utilizando estructuras como pérgolas, toldos o árboles estratégicamente ubicados tiene múltiples beneficios. Por ejemplo, brinda alivio del calor pero también reduce la evaporación del agua presente bajo su sombra.

Segundo, es necesario crear sistemas de captación de agua pluvial. Al instalar sistemas de recolección de agua de lluvia, se puede utilizar ese mismo líquido para el riego de tus plantas. Relacionado con esto, también hay que hacer eficiente el sistema de riego como el que se realiza por goteo o acudiendo directamente a la raíz de las plantas. Por supuesto, no podemos olvidarnos de los sistemas de riego automático.

Tercero, reemplazo de césped. Sin duda el césped natural es muy elegante y agradable, pero hay que reconocer que al no ser autóctono de esta zona necesita un caudal de agua muy superior a lo que proporciona de forma natural el ecosistema. Y esta diferencia todavía aumenta más en tiempos de sequía. Por lo tanto, hay más opciones a considerar para sustituir el césped. Aquí van algunas de ellas:

• Césped artificial. Es la opción más equivalente: estética y funcionalmente son muy parecidos pero el mantenimiento baja considerablemente.
• Grama. A simple vista parece césped, pero la realidad es que esta prima hermana es mucho más resistente al calor y a la falta de agua, y cuesta mucho más que amarillee.
• Adición de otros materiales como gravilla decorativa o piedras.